Juan José Vargas, el padre de Natalia, lo considera como uno de los eslabones de responsables de la muerte de su hija durante un vuelo en parapente. Se trata de Eduardo Deheza, el conocido piloto que comercializa vuelos biplaza en Loma Bola. Sucede que la víctima había contratado el fatídico paseo con él, pero finalmente voló con Ariel Salazar. Hoy, Deheza se defendió de las acusaciones de Vargas y aseguró que la responsabilidad de la tragedia es de Salazar.

“La principal causa del accidente fue la omisión, por parte del piloto, debido a una distracción en el momento de preparar al pasajero, de anclar las perneras/ventral (cintas de seguridad) siendo el piloto, en definitiva, el responsable de acuerdo a la lista de chequeo (protocolo pre-vuelo o briefing) preestablecido. Este lamentable hecho fue reconocido por el propio piloto luego de ver el video (principal evidencia) presentado por el amigo de Natalia”, argumentó Deheza en un comunicado.

Deheza reconoció que fue él el que acordó el paseo con Natalia. “Asumo mi responsabilidad de ser quien hizo el contacto con Natalia para realizar el vuelo y habérselo derivado a mi amigo y colega Ariel, siendo esto una práctica de costumbre entre los pilotos, cuando llegan grupos para realizar un vuelo ya que la idea es hacer vuelos simultáneos. Conozco a Ariel desde hace 28 años cuando éramos pilotos de aladelta. Conozco su capacidad, su seriedad y su experiencia. Lamentablemente, nadie está exento de cometer un error alguna vez”, agregó en el texto que envió por Whatsapp.


Ayer, Vargas se presentó en el aeropuerto Benjamín Matienzo (por la mañana) y en Loma Bola (durante la tarde) con carteles en los que, entre otras consignas, señalaban a Deheza como uno de los responsables de la tragedia. “Mi hija tendría que haber volado con él, porque con él contrató el servicio”, aseguró el hombre.

El comunicado completo de Deheza:

Dado el triste acontecimiento, ocurrido el día 29 de diciembre de 2017, donde murió trágicamente Natalia Vargas, como pasajera de un vuelo biplaza con el piloto Ariel Salazar, aclaro, en primer lugar ante el padre de Natalia, Juan José Vargas, con el cual todavía no nos pudimos reunir, sus familiares y amigos y en segundo lugar ante la prensa y opinión pública, los siguientes conceptos:

1- La principal causa del accidente fue la omisión, por parte del piloto, debido a una distracción en el momento de preparar al pasajero, de anclar las pierneras/ventral ( cintas de seguridad) siendo el piloto, en definitiva, el responsable de acuerdo a la lista de chequeo (protocolo pre-vuelo o briefing) preestablecido. Este lamentable hecho fue reconocido por el propio piloto luego de ver el video (principal evidencia) presentado por el amigo de Natalia, Mario Zermoglio, filmado al momento de despegar. Antes de ver dicho video no estaba claro desde qué momento se soltaron las pierneras, si fue antes del despegue mismo o si fue durante el vuelo. La circunstancia descripta explica la desesperación de Natalia al sentirse sin ningún sostén y que se estaba cayendo. Por lo tanto se descarta en forma absoluta que ella hubiera desprendido las pierneras en vuelo, por ende, de un posible intento de suicidio como se viralizó en algunos medios periodísticos.

2- El poco tiempo que me tocó compartir con Natalia me demostró ser una persona brillante, llena de alegría y sentido de la vida, al igual que el grupo grande de amigos que la acompañaba. Resulta extremadamente difícil asimilar esta tragedia. Asumo mi responsabilidad de ser quien hizo el contacto con Natalia para realizar el vuelo y habérselo derivado a mi amigo y colega Ariel, siendo esto una práctica de costumbre entre los pilotos, cuando llegan grupos para realizar un vuelo ya que la idea es hacer vuelos simultáneos. Conozco a Ariel desde hace 28 años cuando éramos pilotos de aladelta. Conozco su capacidad, su seriedad y su experiencia ¡Lamentablemente nadie está exento de cometer un error alguna vez! Si bien el sistema del auto chequeo por el propio piloto funcionó correctamente hasta este fatídico suceso, se puede concluir que el error humano se presenta en algún momento. Esto sin duda nos lleva a replantear, para el futuro, el sistema de seguridad pre vuelo, con el objeto de evitar que esto vuelva a ocurrir.

Para terminar, solo deseo que la familia de Natalia y sus amigos, que puedan encontrar el consuelo y paz en sus espíritus. Y que el Creador nos ayude tanto a Ariel como a mí a sobrellevar esta pesada carga que pesa sobre nuestras espaldas.

Eduardo Deheza